Estupenda doble página en el periódico Diagonal sobre mujeres y psiquiatría, o cómo se ha argumentado la insania mental de las mujeres desde el siglo XIX hasta el abuso de los psicofármacos en la actualidad.
Ser mujer ha sido históricamente poco menos que patológico. La inconstancia, la ausencia de pensamiento y lógica, y la incapacidad de razonar eran las características de la psique femenina, según el psicólogo social francés Gustav Le Bon, refrendado por muchos de sus colegas a finales del siglo XIX. La independencia, la autonomía y la objetividad, parámetros de una personalidad sana, no eran valorados por igual en hombres y mujeres. La dependencia, la sumisión y el sentimentalismo constituirían atributos de una mente menos sana, pero era lo que se esperaba de las mujeres dentro de un carácter tierno, sensible y cálido. Aquellas que no cumplían con los requisitos de esa personalidad-edredón podían ser tachadas de locas, las que lo cumplían, de tontas.
En «Un tranvía llamado Deseo» lo explican bien clarito también.