Atención, pregunta: ¿Puede decirnos el nombre cinco mujeres que toquen la batería en grupos de música? Si le está costando responder, le recomendamos la lectura de Bang the Drums!, un estupendo recorrido musical sobre mujeres percusionistas y algunas de las posibles razones de que sean todavía una minoría:
El motivo puede ser que la percusión es el trabajo más físico y el que menos da para el lucimiento en una banda: recordemos que las tías empezaron a rocanrolear como cantantes y aún hoy a menudo se les hace hueco porque quedan muy bien en escena. Probablemente la carga de asertividad, fuerza e insistencia que lleva asociada la batería no haya ayudado tampoco. Es un instrumento ruidoso, enérgico y primitivo que suele marcar los tiempos; nada hacia lo que una señorita deba sentirse inclinada según las pelis de Disney. También pesa la falta de referentes: hay pocas baterías con las que las niñas pueden decir “¡eh, de mayor quiero ser como ella!”, o las hay pero falta visibilizarlas, y en eso estamos. Como quien dice que sólo será postfeminista en un mundo postpatriarcal, yo digo que sólo borraré este texto cuando el hecho de que una chica toque la batería, y lo haga bien, deje de ser motivo de sorpresa o burla. Me temo que tiene por delante mucha vigencia.