Nos vemos en la tesitura de tener que garantizar la viabilidad económica del proyecto y a la par gestionar la complejidad de un colectivo en condiciones democráticas, conciliando necesidades colectivas e individuales. Además de que esto no es fácil – es todo un aprendizaje- , en un contexto de fragilidad económica e incertidumbre, la cosa se complica. La preocupación por las cuentas corre el peligro de dejar a los cuerpos en un segundo plano. Más aún. Y esto es peligroso, abona el terreno para que los conflictos estallen como bombas de relojería.
Esta reflexión sobre los desafíos y dilemas de la economía social le sirve a nuestra Soraya para introducir, en el blog Idearia, un trabajo de investigación que realizamos hace ya dos años: Estrategias y políticas de conciliación en las empresas de economía social, favorecedoras de la igualdad de oportunidades laborales entre mujeres y hombres. Esta guía de buenas prácticas, que elaboramos junto con las compañeras de la cooperativa Andaira, es un intento de politizar los cuidados dentro de la economía solidaria, de hacer visible muchas prácticas que no quedan registradas en los balances anuales ni en los libros de estilo.
Podéis consultar y descargar la guía en este enlace.