El domingo 20 de septiembre por fin pudimos volver a vernos las caras, mascarilla mediante, en una nueva sesión de ‘Querían brazos y llegamos personas’. Llegamos con el guión ya en nuestras manos. Tras la última sesión en julio, un grupo de compañeras estuvo trabajando con las escenas y los diálogos, hasta dar con la versión final del texto.
Esta vez nos juntamos con la actriz Sandra Arpa. Aunque en principio las sesiones de interpretación iban a comenzar más adelante, después de la grabación, decidimos cambiar el orden. Pensamos que estaría bien hacer una primera sesión en la que trabajar la voz para poder enfrentarnos a la grabación del guión con más herramientas.
Como era la primera vez que Sandra estaba con nosotras, comenzamos con una presentación en la que contamos si teníamos alguna relación con el teatro. Resultó que varias compañeras habían participado en iniciativas de teatro comunitario en sus países de origen, ¡de ahí que tengamos tan buenas actrices!
Tras las presentaciones, fuimos entrando en calor con un ejercicio de movilización del cuerpo, moviendo las diferentes partes y soltando los músculos. A partir de ahí, hicimos un trabajo con los resonadores: nos dividimos en parejas y lanzamos sonidos poniendo la mano en diferentes partes del cuerpo: el bajo vientre, el pecho, la nariz… Sentimos la vibración de los sonidos, desde los más graves hasta los más agudos, y nos admiramos de la gran variedad de tonalidades que ofrece la voz humana.
A continuación, Sandra nos propuso ejercitar la vocalización y trabajar con los músculos de la boca. Primero probamos con vocales, con consonantes y luego con trabalenguas, tratando siempre de mantener el ritmo. El resultado fue muy divertido.
Después de todos estos ejercicios, llegó el momento de trabajar con el guión. Primero, en parejas, Sandra nos hizo repetir una frase del guión, pensando con qué resonador la pronunciaríamos. De esta manera, reflexionamos sobre qué carácter tendría cada personaje. ¿Cómo sonará Yuritsi o Amalia?
Luego nos lanzamos a interpretar la primera escena del guión. Primero, a partir de la lectura del texto, y luego improvisando e interpretando a partir de él. No solo interpretamos personajes: también dimos vida a los objetos que aparecen en la escena, como una cafetera, por ejemplo. El resultado fue muy emocionante, y una vez más comprobamos las grandes dotes interpretativas del grupo.
Para terminar la sesión hicimos una breve puesta en común con Sandra, en la que valoramos muy positivamente la sesión, que habíamos disfrutado mucho. También dedicamos un momento a valorar los siguientes pasos a dar, con el preocupante horizonte del confinamiento de varios barrios del Sur de Madrid. Varias compañeras residen ahí y ven difícil poder desplazarse para continuar con la grabación y otras sesiones. Quedamos en pensar y desarrollar estrategias para poder terminar el proyecto. Finalmente, decidimos que el reparto de papeles del guión lo decidirán las compañeras de Territorio Doméstico, y una vez estén asignados, nos pondremos en marcha con la grabación.