Llega el verano y con él las listas de libros para llevarse a la playa, la piscina o la montaña. En Pandora no queríamos ser menos y hemos decidido apuntarnos al carro de las recomendaciones literarias veraniegas. Os dejamos con una lista de propuestas elaboradas por nuestro equipo.
Bienvenidos a Welcome (Literatura Random House), de Laura Fernández, se publicó originalmente hace diez años. Convertida en obra de culto, anticipa el particular estilo de la autora. Las escenas, cargadas de humor y crítica mordaz, se suceden trepidantemente entre centros comerciales, divas del pop, extraterrestres peludos, fake news y redacciones retrofuturistas.
El enebro (Alba editorial), de Barbara Comyns. Comyns toma un cuento macabro de los hermanos Grimm que desarrolla el mito de la madrastra y lo traslada al Londres de los años 80, para contar con una frescura increíble (escribió la novela con 78 años) los avatares de una madre soltera de una niña negra, que comienza a trabajar en una tienda de antigüedades.
Los argonautas (Tres puntos ediciones), de Maggie Nelson. Algo menos ligero que las habituales recomendaciones veraniegas, esta ¿novela, ensayo, autobiografía? te absorberá allá donde pases tus vacaciones. Nelson nos abre de manera brillante la intimidad de su relación de pareja con el artista Harry Dodge, para darnos una sacudida a nuestras certezas sobre el deseo, la identidad, las limitaciones del lenguaje o el amor.
En un rayo de sol, 1 y 2 (La cúpula), de Tille Walden. Walden se aleja aquí del tono intimista y autobiográfico de su anterior novela gráfica Piruetas. En estos dos volúmenes nos propone una utopía monogénerica donde la autora da rienda suelta a la ficción especulativa. Para no destripar mucho la trama, contaros dos curiosidades de este proyecto: lo desarrolló como webcómic primero y se le ocurrió mientras escuchaba una canción de Belle & Sebastian. A ver si os va a pasar lo mismo este verano escuchando música…
Viaje al manicomio (Seix Barral), de Kate Millett. Millett viaja en esta novela autobiográfica a lo más profundo de sí misma para contarnos esos episodios de “locura” que van acompañados de lo más grande, momentos de máxima creatividad y lucidez, pero también de lo más sórdido: medicalización, encierro, incomprensión y terror. Te darán ganas de buscar un refugio este verano como esa comunidad rural de mujeres artistas al borde de un lago. Una utopía —o una locura— que Kate hizo realidad.